Berlín

Hoy es sábado. Los chicos ya terminaron la escuela. Mamá Sneyder junto a su hijito suben a la escalera para mirar sobre el muro y saludar a su ser querido. Buscando con su mirada encuentra a sus abuelos, qué emoción, levantando su mano les grita: ¡Abuelos, abuelos, acá estoy!
Sin entender la familia Bekembagüer qué le pasaba a ese niño que estaba tan contento, y que por el rostro de su madre corrían algunas lágrimas. Solo esperaban perdiendo su paciencia porque ellos buscaban tan solo ver el rostro de su padre.
El niño más pequeño le pregunta a su madre: ¿Hasta cuándo tendremos que seguir así?
Mientras su madre le dice: Hasta que alguno de los gobernantes que tenemos ceda... Dios nos bendiga.

Cristian Rigo

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