El equilibrista


Aquí estoy yo.
el telón se abrió,
la luz cayó sobre mí
al igual que las miradas de todo un público.
Es mi momento,
expreso mi lenguaje,
me divierto, creo que hago lo que me gusta,
las risas y los aplausos son mi pago.

El personaje cobra vida y se apodera de mí.
La realidad quedó de lado para abrir
paso a la imaginación, un mundo
de fantasía, colores y disfraces.
Mi mueca se dibuja en mi rostro.
El público se muestra atraído al parecer.
Niños se divierten, logré el cometido,
misión cumplida,
fin del espectáculo.

Se cierra el telón,
se apagan las luces,
no hay nadie en la sala.
Sólo queda el eco de mi voz,
el disfraz cayó al suelo,
me veo en el espejo
y solo soy un simple hombre.


Nicolás Núñez

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