Ellas
nos acompañan, registrando algunos encuentros y también
desencuentros. Son kilómetros de libertad en donde nos escondemos,
huyendo de nosotros mismos. Es cuando la ciudad cansa donde nosotros
hallamos nuestros sitios, alejado del ensordecedor ruido de una hora
pico, con coches q se dirigen muy deprisa, impulsados por el afán q
provoca el llegar temprano o ser el primero en todo.
Lejos de eso, nosotros tomamos como propio el silencio desolador, en donde la jungla de cemento parece llegar a un estado de letargo en donde aparece como sumisa ante el desvelo de unos pocos q encuentran allí su lugar. Quizás allí es donde se puede encontrar otra mirada q nos despierta miles de sensaciones, las cuales se muestran con una expresión propia, en algo casi natural.
Cada esquina, cada rincón, cada lugar de encuentro parece ser el habitad natural de esta comunidad. El bioma del "bicho de ciudad".
Lejos de eso, nosotros tomamos como propio el silencio desolador, en donde la jungla de cemento parece llegar a un estado de letargo en donde aparece como sumisa ante el desvelo de unos pocos q encuentran allí su lugar. Quizás allí es donde se puede encontrar otra mirada q nos despierta miles de sensaciones, las cuales se muestran con una expresión propia, en algo casi natural.
Cada esquina, cada rincón, cada lugar de encuentro parece ser el habitad natural de esta comunidad. El bioma del "bicho de ciudad".
Nicolás
Núñez
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